Las diferentes

Argentina se encuentra en un momento de esplendor de cartón, de utilería. La macroeconomía fluye con viento de cola, debido a las buenas condiciones externas y eso dibuja números que el gobierno presenta con pompa. Las cifras no se reflejan en todos lados. Con solo salir a unos pocos kilómetros de la capital comienza a notarse. Pero aun más lejos, la realidad golpea aun con mayor poder. Pueblos en la puna jujeña son fantasmas de un país que los reconoce como extranjeros. Verlos caminar por caminos de polvo seco azotados por el viento y donde no hay donde llegar. Buscando o yendo vaya uno a saber donde, caminan por horas hasta el camino. Un micro destartalado pasa una vez al día para trasladarlos hasta otro lugar donde pueden dejar sus pieles de cabra o llama, el trueque es todo lo que se conoce. En lugares recónditos se ven pequeñas construcciones de piedra amontonadas, con techos de barro y paja, donde no hay manera de saber que el precio de la soja sube o si el banco mundial aprobó otro aplazamiento de pagos. La argentina no es solo conurbano peronista, la argentina es un enorme país donde muchos que no ejercen su poder de voto, no son tenidos en cuenta, pero donde también izan la bandera en los colegios y donde cantan el himno sin vergüenzas.