Saturday, April 05, 2008

hay un olorcito...



Distraídos en la abundancia, perdieron de vista sus bases de sustento. La avaricia se fue transformando y casi sin darse cuenta, la codicia les gano el entuerto. Una batalla solemne pero impertérrita. De esas que se dan en lugares escondidos sin testigos del viaje. Casi sin moverse de sus lugares fueron tallando pequeñas marcas en el orillo, suaves y muy pequeñas, que por alguna razón se hicieron visibles de una mañana a la otra. Fue muy mágico, fue como encontrar la olla de oro al final del arcoíris. Se comenzó a distinguir en ella. Algunos creían que era por la exposición y los flashes, que la aparición fulgurante le había secado la piel y por eso las marcas salieron a la luz. Intentaron tratamientos pero esas pequeñas marcas se habían estirado, eran ya una grieta difícil de salvar, larga y de profundidad incierta. El la halago, le endulzo el oído y le aseguro que las luces mas fuertes no permitirían verlas. La fuerza de la luz quemaría toda escama y borraría toda sombra. Prepararon una secuencia de luces llenas de rimbombantes discursos, convencidos que solo ellos eran los absolutos dueños de la verdad. Pero la razón no esta siempre del lado del poder y las personas salieron a contarles que se empezaba a notar la verdadera intención, que las fisuras olían, y ese olor era horrible, se sentía como una podredumbre asomando. Se sentía que del alma del poder salía un tufillo oscuro, negro y espeso tan tupido como un sembradío de soja. Y cuando lo notaron no lo pudieron olvidar.

No comments: