Paren las rotativas.

Hace casi dos décadas en los Estados Unidos, se había impuesto una tendencia que consistía en llamar a la prensa por diferentes razones y una vez que la cámara estaba encendida utilizaban ese momento para martirizar a aquellos por los que suicidaban frente al lente dejándoles no solo el dolor de la muerte entupida y sinrazón, sino agregando la imagen inmunda del instante trágico. Este periodo se cerró cuando un periodista responsable e inteligente opto por bajar la cámara y no permitió que estos actos de locura y estupidez llegaran una vez más a las personas.
La Prensa Argentina debería actuar de la misma manera con aquellos que solo intentan marcar a fuego el conflicto y llenan con su fétido vomito discursivo y tedioso los espacios de concertación que los mas inteligentes o menos toscos intentamos allanar. Es hora que seamos responsables y cerremos el grabador, apaguemos la cámara y no escribamos más sobre estos nefastos seres que solo buscan el rédito personal, el beneficio purulento.
Para ayudar a que el País se pacifique es necesario que empecemos por no vender nafta a los que atizan el fuego. Borrémoslos, echémoslos al ostracismo. Exiliémoslos del la vida de todos y por sobre todas las cosas no accedamos que nos enseñen el odio del que ellos gozan. No nos dejemos llenar de resentimiento y animosidad.
Solo a través de la concordia saldremos adelante en estos aventurados azarosos tiempos.